Cómo hacer que tus hijos cocinen y preparen la comida
Cocinar puede ser mucho más que alimentarse: puede ser una actividad alegre que reduce el estrés, fomenta una alimentación equilibrada y une a la familia. Para los niños, cocinar también puede ser una gran oportunidad para aprender lecciones de matemáticas, química, nutrición y botánica. Deja que tus hijos cocinen para inculcarles el amor por la preparación de comidas a una edad temprana, a la vez que crearas recuerdos positivos que les acompañarán durante toda su vida.
Dales sus propias herramientas e insumos
Haz que el tiempo de preparación de la comida sea especial dandole a tus hijos sus propios utensilios. Los niños más pequeños pueden tener su propia cuchara o bol de mezclado, en un color que capte su atención. Existen cuchillos y peladores de verduras especiales para niños más grandes, con características como mangos de fácil agarre y puntas redondeadas para evitar accidentes. Asigna tareas adecuadas a la edad de los niños, como lavar las verduras o mezclar los ingredientes para los más pequeños, y cortar o pelar para los más grandes, enseñándoles las técnicas adecuadas. ¡No olvides los accesorios! Compra o crea delantales o mandiles personalizados para incorporar a la experiencia el juego de disfrazarse.
Cultiva su amor por la comida
No hay nada que infunda más orgullo en tus alimentos que cultivarlos tú mismo. Crea un huerto y haz que los niños ayuden a decidir qué plantar, y luego enséñales a colaborar en el mantenimiento y la cosecha. Es una forma estupenda no solo de cultivar alimentos, sino también de ¡dar algunas lecciones de botánica! Siembra alimentos fáciles de cultivar y de gran producción, como tomates, calabazas y pimientos, para ver resultados rápidos y entusiasmar a los niños. Cultiva algunas hierbas y enseña a los niños la diferencia entre el romero, la salvia y la albahaca, y en qué tipo de platos combinan mejor.
Si tu patio es muy pequeño, o si no tienes patio, busca algún huerto comunitario en tu zona. Los huertos comunitarios son lugares maravillosos para conocer a otros horticultores, y es posible que encuentres a algunas personas que estarán encantadas de intercambiar los resultados de tu cosecha por cualquier producto delicioso que hayan cultivado.
Aprendan a cocinar sus platos para llevar favoritos
Convierte la noche de pedir comida para llevar, en una noche de cocina, recreando en casa su pizza favorita, sus platos asiáticos o sus hamburguesas con papas fritas. Enseña a los niños los ingredientes de cada plato y pídeles que te ayuden a prepararlo. Esta es también una gran oportunidad para una lección de nutrición, explicando que cuando preparas tu propia comida, tienes control sobre la calidad de la carne que compras, la cantidad de aceite o sal que utilizas y la frescura de las verduras. Puede que descubran que hacer en casa sus comidas favoritas para llevar puede llevar más tiempo, pero que la combinación de ingredientes frescos y su propia preparación con cariño da como resultado ¡una comida más deliciosa!
Hornea algunas lecciones de matemáticas
Cocinar juntos es una forma estupenda de que los niños aprendan las medidas, ¡con una deliciosa recompensa al final de la lección! Incluso los niños más pequeños pueden participar dejando que viertan los ingredientes en el bol, o añadiendo elementos decorativos al producto final. Deja que tus hijos se encarguen de llenar las tazas y cucharas medidoras, y habla de los distintos tamaños y de cómo se relacionan entre sí. Crea un juego de identificar diversas formas de igualar una determinada medida, como 1 taza. ¡El ganador podrá lamer el bol!
Come el arco iris
Ve a la sección de productos de tu supermercado o mercado agrícola local y asigna a cada niño un color o dos. Deja que elijan una fruta o verdura de ese color y luego decidan juntos cómo la comerán. Prueba las verduras crudas y cocidas, o ayúdales a preparar una deliciosa ensalada de frutas y habla de cómo se combinan los sabores. Si dejas que tu hijo escoja los productos por sí mismo, se sentirá más identificado con ellos y le entusiasmará convertirlos en un refrigerio o una cena contigo más tarde.
Escojan juntos las recetas
A ningún padre le gusta sentirse un cocinero improvisado, teniendo que complacer a varios comensales exigentes varias veces al día. Consigue que tus hijos se entusiasmen con el menú pidiéndoles que te ayuden a elegir nuevas recetas para preparar. Miren juntos los libros de cocina de la biblioteca local o busquen en Internet y encuentren un tesoro ilimitado de nuevas ideas: hay varios sitios web dedicados exclusivamente a recetas fáciles para niños. Dependiendo de tu agenda, decide cuántas veces a la semana vas a probar una nueva receta y crea un calendario con tu hijo en el que resaltes la fecha en la que lo harás.
También es un momento ideal para enseñarles lecciones sobre el grado de dificultad en la preparación de ciertas comidas, el tiempo de cocción de los distintos alimentos y el precio de las distintas carnes y verduras. Por ejemplo, tal vez sea posible hacer un asado con sus guarniciones el domingo, pero no el miércoles por la noche después del entrenamiento de fútbol. Es una información valiosa que puede serles útil para preparar las comidas cuando sean adultos.
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