Cómo motivarse para hacer ejercicio

Todo el mundo sabe que debe hacer ejercicio con regularidad para mejorar la salud y bienestar a largo plazo. Pero incluso sabiendo esto, motivarse para hacer ejercicio y mantenerse motivado puede ser un desafío para muchas personas. Es fácil encontrar razones para elegir el sillón en lugar de hacer ejercicio: las largas jornadas de trabajo, las obligaciones familiares o la falta de tiempo son solo algunas. Si quieres comenzar una rutina de ejercicios o volver a comprometerte con una que ya conoces, ¡sigue leyendo para encontrar consejos con motivación para entrenar!

Fija metas claras

Desarrolla metas aptas para ti. Pueden ser tanto a corto como a largo plazo, y pueden incluir cosas como la cantidad de días que harás ejercicio, los tipos de ejercicios que deseas hacer y con qué frecuencia, o una mejora que te gustaría ver en áreas como fuerza, flexibilidad, sueño, peso o niveles de estrés. Si necesitas algunos consejos sobre establecer tus objetivos, lee nuestro artículo aquí.

Encuentra una razón distinta a tus objetivos de acondicionamiento físico

Cuando se trata de mantenerse motivado para hacer ejercicio, las personas a menudo se enfocan en el logro de sus objetivos de acondicionamiento físico. Sin embargo, a veces simplemente no es suficiente. En días como estos, encuentra otra razón para hacer algo de ejercicio. Por ejemplo, tal vez puedes dar un paseo largo mientras recoges la tintorería o haces tus compras. O tal vez hacer ejercicio te brinde el tiempo a solas que necesitas para sentirte recargado y presente para tu familia. ¡Pensar en otros beneficios además de los objetivos de acondicionamiento físico puede ser justo lo que necesitas para motivarte!

Convierte el ejercicio en un placer

Cuando necesites motivación para hacer ejercicio, piensa en cómo puedes hacerlo más placentero. Tal vez haya un nuevo álbum, audiolibro o podcast que deseabas escuchar, pero parece que no puedes hacer el tiempo; ponlo y escúchalo mientras caminas, corres o haces ejercicios de fuerza en casa. Si hay un parque que te encanta o un sendero rodeado de hermosos árboles, haz ejercicio mientras disfrutas de tu vista panorámica favorita.

Diviértete

Hacer ejercicio no significa que tienes que pasar horas en un gimnasio haciendo cardio en una máquina que odias. Puedes inscribirte en una liga de adultos para practicar tu deporte favorito, tomar clases de baile en línea o dar largos paseos por la playa mientras escuchas tu música favorita. La actividad física no tiene por qué ser una rutina aburrida, y una vez que encuentres algo que te guste, será más probable que lo vuelvas a hacer felizmente, e incluso que lo desees.

Date una charla estimulante

Si tu amigo no estuviera de humor para hacer ejercicio, ¿qué le dirías? ¿Le recordarías cómo un entrenamiento les dará más energía o un impulso mental muy necesario? Quizá le recuerdes que 30 minutos de ejercicio ligero pueden tener un gran efecto en su bienestar a largo plazo. Ahora, date la misma charla que le darías a un amigo… después de todo, si crees que es verdad, será fácil convencerte a ti mismo.

Planea una recompensa

Si bien una mejor salud y estado físico es tu propia recompensa, a veces necesitamos algo tangible que nos ayude a motivarnos a hacer ejercicio. Traza tus metas y cuando las alcances, recompénsate con algo agradable. Por ejemplo, podrías intentar hacer ejercicio tres veces a la semana durante un mes y, cuando lo hagas, disfrutar de una película, zapatos deportivos nuevos o cualquier otra cosa que te motive a seguir moviéndote.